Crece lentamente bajo el agua y prefiere una iluminación fuerte, sustrato rico en nutrientes, temperaturas más frías por debajo de 26 °C y agua dura. Además de en la naturaleza, se puede cultivar en agua salobre, aún tolerando una concentración de sal de 30 mg/l. En aguas muy poco profundas y también con iluminación de día largo (más de 12 horas al día) puede desarrollar sus tallos.